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Arquitectos: Claudio Cofre, Mauricio Desidel, Roberto Cifuentes; Claudio Cofre, Roberto Cifuentes, Mauricio Desidel
- Área: 150 m²
- Año: 2011
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Fotografías:Sacha Sinkovich
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo fue realizar un lugar de exposición en un colegio rural de la ciudad de Quilpué, que tenía como objetivo dar a conocer la cultura de la provincia del Marga Marga y mostrar una serie de elementos recolectados durante años que dan cuenta de su historia, que está fuertemente arraigada con el territorio.
La limitación de recursos, decían de un edificio pequeño, lo que limitaba la muestra y el concepto de “ir a ver”. Es así como nos proponemos como equipo que la muestra no solo este en el edificio, a través de los objetos, sino que por contraste el proyecto en si sea un lugar que se muestra y expresa a través de sus materiales aquello que es propio del lugar. La pirca, la madera y la luz tamizada de los arboles, son los elementos que se toman para generar el proyecto.
Es así como el museo nace desde la idea de reunirse bajo un árbol, bajo su tamiz, un edificio que recibe al visitante al borde del camino, que deja entre ver desde la distancia aquello que ocurre al interior, ocupando esta condición en todo el edificio.
El proyecto se ordenada, por un muro de gavión modulado con estructura metálica, como respaldo de la muestra perimetral, haciendo participe lo lejano que se deja entrever por los espacios que dejan las piedras del muros, que enmarcan “en luz” los elementos que se exponen.
Enfrentando el muro de gavión un muro vidriado, que se tamiza con una celosía de madera se constituye en la fachada más visible del proyecto y que construye el acceso del museo. La madera aparece también en el interior, a través de pilares a modo de arboles que sustentan las vigas compuestas y que rompen la composición de planta libre, agregando la coordenada vertical al edificio, haciendo que la mirada no solo este en el perímetro sino que se concentren en estos elementos, que también son soportes de exposición, evocando a través de lucarnas tamizadas, el cobijo bajo los árboles.
Este pequeño proyecto pretende dar cuenta a través del edificio, la riqueza geográfica del territorio y poner en valor aquello que es propio de nuestra cultura.